Después de pensar y preguntarme si en el 2012 seguiría estando en mi cuarto para esperar el fin del mundo, decidí cambiar el lugar por otro, donde seguramente seguiré yendo. El nuevo lugar es un Bar y lo elegí porque antes de morirme me gustaría refugiarme y permanecer ahí, porque su ambientación, iluminación y decoración me harían recordar y saber que en unos instantes el mundo ya no existiría. Porque no me gustaría estar pensando que quizás haya una salvación mágica y no pase nada, pero a la vez sabiendo que es el fin del mundo, para no crear ilusiones o expectativas milagrosas. Así poder morir consiente de que ya llego la hora y no estar con traumas mentales de que quizás algo o alguien podía hacer algo para que siguiéramos viviendo.
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